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Tomás Litta (Buenos Aires, 1997) es interrogado en Retrato incendiario, nuestra columna de veinte preguntas para poetas nacidxs después de 1985.

1 -¿Cuál es la historia de tu nombre?

No hay mucha mística detrás de esto. Sé que, si hubiera sido niña, me habrían llamado Sara por mi bisabuela. Tomás fue un nombre que de chiquito no me gustaba pero que reivindiqué cuando hallé mi amor por Tom & Jerry. Así que, desde ahí, le tengo cariño a mi nombre y me gusta mucho.

 

 

2 -¿Qué música suena cuando escribís?

La verdad es que no solía escuchar música mientras escribo. Pero en cuarentena encontré, inesperadamente, una conexión muy linda y relajante escuchando conciertos de música clásica. Me hice fan de Bruno Philippe, que toca el cello y tiene unas piezas increíbles. Y encontré mucha concentración en eso, así que ahora cuando escribo, tanto para la universidad como para mí, pongo algo así de fondo.

 

3 -¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?

Tengo dos momentos marcados de primeras lecturas. El primero que recuerdo fue “Tengo un monstruo en el bolsillo” de Graciela Montes, que lo leí en sexto grado y me enloqueció. Me di cuenta que me generaba esa sensación que la literatura puede darte, de cosquilleo, de vibración, de encuentro con un mundo paralelo, con otras reglas. Algo así. Pero también me acuerdo de “La invención de Morel”, que fue una de las primeras novelas que leí por mi cuenta y me flasheó. Es una historia que le tengo mucho cariño y que siempre que la releo encuentro nuevas miradas.

 

4 -Al escribir, ¿sos consciente de tus lectores?

Creo que es un poco y un poco. Sería mentira si dijera que no, porque creo que algo que produce el circuito literario de publicación y/o de lecturas en público es, indefectiblemente, pensar un poco en los efectos sobre lxs otrxs. El tema, creo, es poder no aferrarse a eso de modo que uno siempre tenga que responder a un interés ajeno. Por eso, creo que es un ejercicio de equilibrio. Primero escribo para mí, con lo que tengo a mano, con lo que me pasa, de la forma que puedo. Después, cuando se va compartiendo se van viendo los efectos en el camino y si eso habilita una mejora del texto.

 

5 -¿A qué color crees que se parece tu escritura?

Yo siento que tiene ese color de un día de calorcito en invierno. Cuando el sol calienta un poquito más pero no alcanza para sacarse el abrigo. Un amarillo-anaranjado medio pálido.

 

6 -¿Atesoras algún libro firmado? ¿por quién?

Amo los libros firmados por sus autorxs. Me parece una marca preciosa, como algo que queda ahí grabado o suspendido en un instante y que conserva un montón de cosas. Tengo muchos porque me gusta hacerlos firmar siempre que me cruzo con sus autorxs. Tengo firmados “Las Malas” de Camila Sosa Villada, “La ilusión de los mamíferos” de Julián López, “Travesti” de Marlene Wayar. De todas formas, el que más atesoro es “El principito” que fue uno de los primeros libros propios que tuve, que me lo regaló y dedicó mi madre.

 

7 -¿Cuál es tu película favorita?

“Laurence Anyways” de Xavier Dolan y “El viaje de Chihiro” de Hayao Miyazaki. Dos películas que me marcaron y que podría rever todo el tiempo.

 

8 -¿Quién es tu artista plástico favorito?

Me encanta Nickie Zimov, un ruso que hace unas pinturas increíbles.

 

9 -¿Te quedaste con algún libro prestado?

Muy pocos. Es algo que me da culpa y siempre siento que tengo que devolverlos, aunque comprendo el pacto implícito. Pero tengo “Los adioses” de Juan Carlos Onetti. Y “Memoria por correspondencia” de Emma Reyes.

 

10 -¿Qué libro no te devolvieron?

“Rabia” de Sergio Bizzio Lo presté en 2012 o algo así, cuando estaba en la secundaria, y nunca volvió. Recién este año me lo volví a comprar, porque es un libro que me encanta y que me hacía falta.

 

11 -¿Qué consejo de escritura le darías a tu Yo del pasado?

Que tenga libertad escribiendo, sin fijarse en nadie más. Y que se haga leer por otrxs. El intercambio con lectorxs es re valioso y útil.

 

12 -¿En qué lugar te gustaría estar en este momento?

En una playa. O en el pastito al borde de algún río trasnochando con amigxs.

 

13 -¿Cómo ordenas tu biblioteca?

Tengo un orden bastante personal. Primero, están ordenados por género (novela/poesía/literatura LGBTIQ+/ensayo). Pero dentro de eso, están recontra ordenados por editorial. Por alguna razón que desconozco, tengo mucha memoria visual con eso. Puedo recordar bastante bien por cuál editorial salió cada libro. Entonces me resulta un orden bastante práctico.

 

14 -¿A qué libro regresas cada tanto?

Tengo una sección especial de libros favoritos a los que vuelvo cada tanto. Entre esos, “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes, “El viaje inútil” de Camila Sosa Villada, “Mi juventud unida” de Mariano Blatt y las “Cartas” de Alejandra Pizarnik y León Ostrov.

 

15 -¿Qué autor no te cansa nunca?

Samanta Schweblin. Podría leer sus cuentos muchas veces.

 

16 -¿Reescribirías tu primer libro?

No, para nada. Hoy lo releo y por supuesto me pongo crítico, hay cosas que cambiaría o que ya no me identifican tanto. Pero creo que ahí está la magia de publicar también. Queda como una pieza, como un recorte de tu vida que una vez que sale, ya es de otrxs. Releerlo también es revisitarse, reposicionarse, reencontrarse con ese momento de unx.

 

17 -¿Qué libro te hubiera gustado escribir?

“El tiempo de las flores” de Guillermo Villani. O “Los trabajos y las noches” de Alejandra Pizarnik.

 

18 -¿Podés mencionar tres poetas vivxs que te gusten mucho?

Susy Shock, Guillermo Villani y Julián López.

 

19 -¿Para qué escribir?

Para mí, este mundo se vuelve inhabitable si no escribimos. Creo que la escritura tiene varias formas. De repente la pienso como un refugio. De repente como una trinchera. De repente como un modo de denuncia. Pero, con la hostilidad de este mundo, escribir es un gran resguardo y un modo de construcción de mundos paralelos. Como si pudiéramos trasladarnos a pedacitos de otros planetas, aunque sea por un rato.

 

20 -¿Qué es la poesía?

Un refugio. Un lugar donde es posible la pregunta sin persecución. Siento que el sistema de este mundo nos exige cada vez más certezas y algunxs no somos capaces de soportar tanto peso. La poesía me parece ese lugar donde poder hacerse preguntas que no siempre pueden ser respondidas.

 

 

Tomás Litta
Buenos Aires, 1997

Poeta y gestor cultural. Cursa la carrera de Letras (UBA). Produce y coordina El Cuerpo Expresivo, ciclo de poesía erótica que reúne a representantes de diversas disciplinas como la música, la literatura y las artes visuales. Lleva adelante la cuenta de difusión cultural LGBTIQ+ @culturacuir. Es creador del podcast Cruzadxs, un podcast que reúne textos de la cultura LGBTIQ+ leídos por artistas, activistas y referentes de la diversidad. Sus poemas y relatos circulan por diferentes antologías, portales, revistas y fanzines. Publicó Fruto rojo (Santos Locos, 2019) y está en proceso de edición de la primera antología de poesía erótica de El cuerpo expresivo.