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Sol Triano (La Plata, 1971) es poeta y socióloga. Se ha formado (y continúa haciéndolo actualmente) en talleres y seminarios de escritura creativa, poética, microrrelato y escritura somática. En 2019 obtuvo la Beca de Formación del Fondo Nacional de las Artes en la categoría Letras. Sus poemas recientes forman parte de antologías (Premio Jovellanos 2020, Asturias) y revistas de literatura (La Caza Sutil, Lima). Publicó Cinco pequeñas piezas textuales acompañando el libro Música para el Alma (MPA 2020) del fotógrafo Agustín Benencia. Su primer poemario Tierra fresca se encuentra en prensa (Tren Instantáneo editorial, enero 2022). Desde 2015 integra el Proyecto Pax Tibi (@Pxtibi, pxtibi.blogspot.com.ar), una iniciativa activista por la bondad y la paz, a partir de microtextos que intervienen el espacio público en diferentes ciudades del mundo. Actualmente reside y escribe desde el laberinto de Parque Chas en la Ciudad de Buenos Aires.

 

Me crecerá una piel por encima,

gruesa, rodeando los brazos,

las piernas, la espalda.

Viviré adentro

escuchando desde lejos.

Molestará al principio,

para dar vuelta en la cama

o sostener una taza de café.

Poco a poco aprenderé a llevarla.

Así pasarán los años

hasta que un día

incómoda de mí

se caiga.

 

 

 

 

 

El problema

con las heridas que dejan los duelos

es que son invisibles.

Voy sangrando, pero nadie lo ve.

No dicen: Esta mujer no puede con sus llagas.

Espero a que cambie el semáforo

en la senda peatonal,

y los niños tontos que juegan

a los pistoleros a mi lado

no saben que lo mejor sería

dejar de moverse y hacer silencio.

Tan cerca están y no saben

que mi pullover todavía huele a cementerio.

Podría colgarme un cartel

en la espalda: Con cuidado por favor.

La ignorancia de los otros

es también lo que me libera.

Un día saco turno al dentista,

me anoto para hacer yoga

y con gratitud

recuerdo a esa persona

que me dio la bienvenida

y me dijo que soy un sol

iluminándolo todo.

 

 

 

Volver a casa

a encontrarse con su ropa,

con sus zapatos.

No sé decirlo todavía,

esta escritura es un intento,

otro, es retornar.

¿Qué es una casa?

es una sucesión

de fechas rojas en el calendario

que cada uno tiene

talladas en la piel.

Difuntos, migrantes, expulsados,

la casa se hace con esos materiales.

Soy un crisantemo

florecido en la grieta,

de olvidarlo algún día

podría mudar

a obsequio de pichón muerto

entre las manos

de las próximas generaciones.

 

(de Tierra fresca)

 

 

Me iré a vivir al campo.

Tendré una vaca,

no para que me de leche
sino para mirarle rumiar el verde,
el mundo invertido
en las obsidianas de sus ojos.

Me iré
y en mis bolsillos nada
y en mis manos nada.
Hace poco lo descubrí,
si sostengo una mirada cortés
lo hago a pesar de mi mandíbula.

No habrá mensajes ni arreglos de visita.
Los amigos vendrán si es que quieren,
lo sabré por el polvo del camino.
Y si no vienen no importa,
somos inseparables
aunque no lo hayamos elegido.

Un leño será mi próximo gran amigo.

 

(inédito)