[ivory-search 404 "The search form 394 does not exist"]

Entrevista por María del Mar Ospina

 

Maruja Vieira (Colombia, 1922). Poeta, periodista, catedrática y ensayista, Miembro de Honor de la Academia Colombiana de la Lengua   y Correspondiente Hispanoamericana de la Real Academia Española. Ha publicado más de 20 libros de poesía, entre los que se cuentan dos antologías, dos libros virtuales y uno de prosa, así como innumerables artículos en los más importantes medios del país y de Venezuela. Maruja Vieira inició carrera literaria en 1946, con la publicación de sus primeros poemas y artículos en el Suplemento Literario de El Tiempo. Escribió durante muchos años su “Columna de Humo”, en El Espectador. Fue colaboradora de El Nacional, El Heraldo y El Universal de Caracas, columnista del diario El País de Cali y de otros periódicos y revistas de América Latina; se desempeñó como directora de programas de radio y televisión. Estuvo vinculada en Bogotá al periódico El Siglo como redactora de Siglorama y fue redactora y editora cultural de la revista Guión. Fue por doce años secretaria general del PEN Club Colombia, la organización mundial de escritores más importante del mundo, de la cual es hoy miembro honorario.

Sus méritos literarios y académicos la hicieron merecedora de la Orden Aquilino Villegas, del Departamento de Caldas;  la Gran Cruz de su ciudad natal, Manizales; la Orden de la Cultura, del Ministerio de Cultura; la Medalla Simón Bolívar, del Ministerio de Educación Nacional; la Medalla Honor al Mérito Artístico de Bogotá, D.C, y la Orden Civil al Mérito José Acevedo y Gómez en el grado Cruz de Oro, del Concejo de Bogotá, D.C. “Poeta y educadora como Gabriela…” fueron las palabras con las que el presidente de Chile, Ricardo Lagos, le impuso la Orden Gabriela Mistral, en el grado máximo. También mereció el premio de la Fundación Mujeres de Éxito en la categoría de Artes y Letras, el premio Erato de la Corporación Arte y Poesía en la Calle, el premio Vida y Obra del Ministerio de la Cultura Cultura de Colombia, fue homenajeada en la Feria Internacional del Libro de Bogotá como la poeta viva más importante del país.

 

Maruja Vieira, poeta colombiana. Aguacero Ediciones

 

Recuerdo que, en un primer intento de entrevistar a la poeta Maruja Vieira, había tratado de establecer una comunicación por intermedio de una amiga mía, que es muy cercana a ella y a su hija Ana Mercedes. Pero por esos días, nos sobrevino la pandemia por el Covid -19, y eso, frustró tales intenciones, pues como sabemos, fue algo que nos trastocó a todos, en todos los aspectos de la vida. Supe luego, que vía internet, fue entrevistada a propósito del centenario de su natalicio y de la publicación de su libro “El nombre de antes” cuya antología recogía algunos de sus grandes poemas. En mí persistió el anhelo de poderla entrevistar, pero personalmente. Así, tiempo después, esto fue posible y, acudí a su apartamento en Bogotá en donde finalmente me concedió esta entrevista.

 

Mar Patiño: Bueno, como usted sabe, a la mayoría de los poetas se les pregunta reiteradamente por las motivaciones, los referentes literarios, los libros leídos, y yo añadiría que, todo es en sí mismo, influencia que interviene en la creación poética. Esto deriva en que me surja preguntarle acerca de, en su caso, ¿qué cree que la hizo ser poeta?

Maruja Viera: Más que todo, la presencia de mi madre que fue excelente poeta, no publicó nunca en medios visibles pero actuaba, sentía, como una poeta grande. Y me enseñó además a reconocer dónde estaba la poesía, en muchas situaciones que todos consideramos normales.

 

M.P.: Cuando leí sus libros, me fijé que en su obra predomina entre otros elementos lo cotidiano. Aunque siempre, diría yo, elevado desde su versificación cadenciosa, que expresa con palabras cercanas, cosas que parecen también cercanas, sólo que desde su mirada, nos vislumbra el misterio, rodeándolo, sin revelarlo del todo. Así, sus versos son como ríos que van fluyendo en función del torrente que desemboca en el mar del poema. En ese sentido, ¿cómo describiría usted su poesía?

M.V.: Maruja Vieira anda con la poesía desde que nació, porque la madre era, ya le conté ahora, una excelente poeta. Y naturalmente, los referentes como Antonio Machado, como Manuel Machado, como tantos poetas buenos, maravillosos, que le han hablado al ser poeta que está vivo en todos nosotros, especialmente, en cuantos hemos trabajado con amor en los medios de comunicación. Yo creo mucho en la necesidad de la poesía que se encuentra en todos los momentos y circunstancias del ser humano.

 

M.P.: En esa misma dirección, me surge preguntarle, ¿cómo suele trabajar su poesía? Me refiero, hay un momento especial, requiere mucha concentración, tal vez cierto silencio, o la presencia de otros aspectos que para usted puedan funcionar en el momento de su creación. O cuando usted ha trabajado su poesía, le surge el poema, o podría ser como decía cierta poeta, acerca de que, a veces, el poema era como que el poeta tenía que atraparlo, porque si no el poema, que parecía volar, seguía su rumbo, y llegaba a otro poeta que sí lo atrapaba y entonces era éste quien lo escribía.

Maruja Vieira: El poema nunca se ha ido de mi lado, hay un poeta que me habla para mí desde la hoja del papel que estaba en blanco y ahora está mirando el tiempo que pasa.

 

Mar Patiño: Y ahondando un poco en la pregunta, si usted me lo permite, ¿tiene algún momento para escribir específico? ¿O puede escribir en cualquier lugar? ¿O cómo ha sido esa parte?, ¿cómo ha sido ese proceso para usted?

Maruja Vieira: Yo no tengo ninguna seguridad de que el poema llegó o no llegó. Simplemente, llega como un amigo bueno y caritativo que me trae el regalo de las palabras de otros poetas.

 

Mar Patiño: Yo leí un poema suyo que se titula “Como el partir de un barco”, está en su libro Poesía, en la pág. 9. Y yo pensé, que ese poema era una metáfora del padre. ¿Es así?

Maruja Vieira: Así es. Claro, claro. (Lo declama)

Como el partir de un barco

“Es el recuerdo, padre, de tu clara agonía” Carlos Augusto León

 

Ya todo está más claro. / Como la tierra después de la lluvia son los ojos después de las lágrimas. / El viento hace cantar / una vez más los árboles, / pero en la madrugada / tienen distinta voz las antiguas campanas. / Partió un barco. / El ancla la levaron las manos más amadas. Era un mar transparente, rumbo y ola, donde viajaba un suave rostro blanco / y una playa del tiempo / que se quedaba atrás con nuestro llanto. / Que se quedaba con nuestro silencio, con nuestra música olvidada y quieta, con los libros cerrados, / con los cuartos vacíos, / con esta soledad que nos asalta cuando despierta el día sobre lechos intactos. / Las horas vuelven otra vez, iguales. Todavía hay caminos con rosales y pájaros / y los viejos martillos clavan maderas nuevas. / La muerte en nuestra casa cumplió su fiel palabra. Todo fue tan sencillo como el partir de un barco.

 

 

Mar Patiño: Pero antes de que me diga cómo fue su relación con estos poetas, quiero que me diga qué tanto de lirismo conserva su poesía, porque encontré poemas dedicados al amor, a un amor, que en algunos casos (no en todos) supongo que era su esposo, y supongo que a otros amores. Entonces quiero que me cuente un poco de esa parte suya.

Su respuesta es la declamación de este poema:

Maruja Vieira: Por ejemplo, “Abrill”

Abril…el viento apaga / la fogata amarilla de los lirios. / Mi corazón regresa del silencio. Tu dulce, amargo amor, ha renacido. / Sin lugar en la tierra ni en tus ojos, sin ti, sin mi, desnudo, solo, herido, se levanta y nos llama, verdadero, desterrado, infinito.

Viene mayo, / con sus noches de luna y sus hogueras. / Viene con tu recuerdo. / Tu recuerdo es el río de la playa, tibia espuma y arena. / Tu recuerdo me toca las mejillas con un roce de labios insistentes y todo vuelve a ser amor y llamas, y espuma y olas verdes.

 

Mar Patiño: ¿Recuerda usted, a quién estaba dedicado este poema?

Maruja Vieira: No lo recuerdo, ha pasado tanto tiempo… el amor, como estrella/es bella situación del alma (inaudible) como esa condición del alma…

 

Mar Patiño: Sí, es una condición propia que los poetas escriban sobre cierto enamoramiento vivido en cierto momento, y bueno, no sé quién haya sido tan privilegiado de aparecer o ser la fuente de algunas de sus creaciones. ¿Y los entregó? ¿Son poemas entregados? ¿Tuvieron un destinatario?

Maruja Vieira: Pues más o menos sí, los conocieron los objetos de esos poemas.

 

Mar Patiño: En su libro Palabras de la ausencia, publicado por la editorial Zapata en 1953 de Manizales, en los poemas “Abril” y “Mayo”, que están en las páginas 8 y 9, deviene la presencia de un amor, una expresión propia de su poesía, y es imposible no pensar en la poesía de José Asunción Silva, de León de Greiff, de Porfirio Barba Jacob, de Carmelina Soto, y no sé si decir que allí también estaba usted, y quisiera preguntarle cómo fue su relación con estos poetas.

Maruja Vieira: Los poetas que he conocido me han enseñado qué es la vida y para dónde va el alma, cuando esas palabras de los poetas abren en todo el mundo y en todo el sueño enormes perspectivas de belleza. Yo los respeto mucho y amo mucho a mis poetas. Como Antonio Machado, es para mí, y ha sido el mayor de todos los amigos, de toda una vida. Como Manuel Machado también, hermano de Antonio.

 

Mar Patiño: Poetas españoles.

Maruja Vieira: Y claro que, José Asunción Silva, es el otro gran amor de mi vida. Así que yo todo quisiera que se siguiera expandiendo, como es el mar cuando comienza la ola a viajar por la belleza del mundo.

 

Mar Patiño: Bueno, de Silva, ahora que lo menciona recuerdo siempre ese verso que se repite en el poema Nocturno III. Debo añadir que, este poema fue una de las cosas que me acercó a la poesía, cuando una profesora de español en grado sexto me lo dio a leer en una de sus clases. El verso que grabé en mi mente es:

… Y eran una sola sombra larga

 

Mar Patiño: Y usted tiene un Nocturno también, se titula en realidad, Pequeño nocturno (Pág. 12), aparece en su primer libro Campanario de lluvia (Ediciones Espiral Colombia, 1947), y me resulta precioso.

Maruja Vieira: Yo me siento muy acompañada, porque me han acompañado, para mí, los grandes y mejores poetas que ha tenido este poético país que se llama Colombia. Y es poético en todo, hasta en la tristeza y el mal. Hay un Porfirio Barba Jacob, hay un José Asunción Silva, entonces son mis amigos preferidos y con ellos estoy hablando siempre, y leyéndolos cada vez más. Porque con el tiempo la memoria flaquea pero la verdad persiste.

 

Mar Patiño: Ya encontramos su poema Pequeño Nocturno cuando hablábamos ahora de Silva.

Tu mirada encendía / llamaradas lejanas en el bosque del viento. / Se agrandaba tu sombra, / se acercaba tu acento, / lenta flor en el tallo de mis manos tendidas. / En la tierra, en el cielo, / en la espuma del aire y en el árbol del eco hondamente la mano / de la noche clavaba sus puñales de lluvia. / Te llamaba el silencio.

Maruja Vieira: Pues ya lo creo que los poetas amados son los compañeros de mi vida desde que era una niña, porque mi madre y mi abuela eran poetas en un tiempo en que las mujeres no se dejaban sentir mucho, por eso, para mí, Georgina Fletcher Espinosa (siglo XX) (fue una escritora, educadora, artista y especialista en heráldica, española radicada en Colombia. Promovió los derechos civiles de las mujeres, en especial el derecho a la educación y al trabajo. Está considerada como la referente en el punto de partida del feminismo colombiano de principios del siglo XX. En 1924 fue nombrada representante en Colombia de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas.). Y su gran cantidad de poemas que lanzaba por tierra y aire y mar, es la perdurabilidad de la capacidad humana para creer y sentir, y por consiguiente, existir.

 

Mar Patiño: Hay un poema dedicado a su hija que también me llamó mucho la atención porque uno en su condición de hija, pues evoca o habla o piensa en su madre pero a la vez ustedes también tienen un vínculo estrecho con sus hijos, bueno esto se da en la mayoría de los casos, (o al menos es lo que se espera). Y como le decía, hay un poema que usted dedica, en este caso, a su hija Ana Mercedes.

Maruja Vieira: ¡Ay, mi poeta preferida!

 

En ese momento, Ana Mercedes detiene o hace una pausa en las tareas propias de su trabajo, está sentada desde que llegué, elaborando, me dice, unos informes frente a su computador, y no ha parado de teclear en todo este tiempo. Bueno, solo al inicio cuando llegué y se sentó por unos momentos con nosotras mientras les entregaba unos libros y unos chocolates, y veo como Maruja devora y parece preferir los dulces tal como si fuese una niña. Entonces, Ana Mercedes, me pide que me acerque y me muestra una foto que ha abierto en internet desde su computador. Es ella, tendrá según sus cálculos unos dos años y está en una bella biblioteca con libros que ha dejado caer al suelo. Y resalta, la hija que, su madre, en vez de reprenderle por el desorden causado, tal suceso le provoca un estado de amor profundo que la lleva a escribir sobre ese acontecimiento, un bellísimo poema que se titula “Ana Mercedes y los libros”.

 

Mar Patiño: Hay unas palabras que le dedica a la poeta Baldomero Vladislao Sanín Cano (Rionegro, 27 de junio de 1861[1] -Bogotá, 12 de mayo de 1957) y que pensé propicio incluuir para cerrar esta entrevista, por la exactitud y la belleza en la descripción que realiza tanto de la poeta como de su poesía, he aquí sus palabras:

En el principio fue la palabra. Maruja Vieira la hizo cumplir su destino. La circundó de una atmósfera luciente, le infundió vida, formas sublimes y un poder mágico de comunicación, de sugerencias claras cargadas del gran sentido de lo bellamente inaccesible. Con esta nueva vida la palabra abraza al universo, lo traspone y, haciéndolo más inteligible, lo embellece sin deformarlo.

Baldomero Sanín Cano. Popayán, 1953.

Entrevista a Maruja Vieira, Aguacero Ediciones

María del Mar Ospina
Colombia, 1979

Ha escrito en narrativa La búsqueda infructuosa (2009), el libro de poesía, Digresiones (Caza de libros, 2015), los libros de ensayo: Bolaño cuentista: finales inconclusos en una literatura sin límites (2011) y Ventrílocuos bajo el sol (2018). Es profesora universitaria. Licenciada de español y literatura y Magíster de literatura. Ha escrito reseñas de literatura en la sesión de cultura en www.lacebraquehabla.com y en las sesiones de opinión y entrevista para la revista de divulgación y crítica de cómic www.blast.com.