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Rebeca Beta nació en Mérida, Venezuela, en 1991. Es poeta, performer, y compositora de música electrónica. Sus textos han sido publicados en diferentes revistas digitales e impresas. Cánticos para amigos lúcidos es su primer poemario, publicado por Editorial Acordeón en 2020. Compuso la obra sonora homónima vinculada al libro en 2018. Escribió y produjo el cortometraje Devenir a partir de su poema escénico “Si se quema mi casa”.

 

 

 

mi cuchillo amante
en reposo brilla
delicado cuando lo dejo
mirar la luz
pulo la plata con la manga del suéter
para que se besen
hoja firme, ¿cuanta fuerza
necesita mi brazo
para que corte profundo
o corte apenas
una superficie blanda?
lo cambio de lugar
para que el caballo marrón
y el cuero de la vaina se besen
yo lo imagino cuando tengo miedo
lo pienso como piensan los jóvenes
en el primer amor
cuando salgo a la calle de noche
me lo colgaría en la cintura
pero nunca llevo cinto
me lo cosería a la mano
pero intento ser libre
de modo que nunca lo llevo conmigo
lo dejo sobre la mesa de noche
cuando temo en medio
de la calle en penumbras
imagino el mango frío en mi mano
que se cierra
aprieto para no fallar

 

 

 

 

miro a la estatua y me enamoro
me llevo su silueta en las manos
la engullo en su ausencia
duermo en el frío de su roca
vuelvo a verla y me pregunto
¿estaré de verdad enamorado?

la vuelvo mía, la obligo
a callar para siempre
y si le hiciera preguntas
¿atendería a la respuesta?
¿cedería callado a este silencio?

podría resistirme a poner
mis pensamientos
sobre su lengua inerte
sería capaz de darle vida

o estaré condenado a imponerle palabra
seguiré asesinando a mi estatua
hasta mi propia muerte
solo porque existo y ella
quieta, padece la sobriedad de esta tarde
estoy loco por su negativa
a sentir dolor
pero, ¿cómo puedo saber
lo que siente?

 

 

 

 


primero imitar a la bestia

para salvarme
hacerme su igual animal
los dientes las uñas rojas
el corazón prendido fuego
todo por sobrevivir
mover la lengua siseando
y así entender lo que dice
pronunciar su nombre
repetidas veces para dejar
de temerle
hacerme con los guantes
una vez hecha su igual
reconstruyo mi propia
idea de ser
paso a paso
me convierto
en eso que quiero
que es opuesto a la bestia
la encierro
la olvido
dejándola por fin
libre de mí
me habita para siempre

 

 

 

 


se ha abierto la ventana

del infierno
entran las bestias
no estábamos preparados
dormíamos plácidos
pegados como siameses
pero un demonio tomó tu cabeza
y olvidaste mi nombre
trazo una línea
de río con el cuchillo
en mi pierna
una puerta nos divide
del hueco sale
la otra que estoy por ser
para defenderme
sola, ¿dónde está?
no logro hallarla
roja hinchada
abierta en dos mi piel
y el líquido
brota a penas
al instante se endurece
es la baba
de un bebé
se queda pegada
con la misma timidez
con que me asomé
todas las veces
fuera de mí

 

 

 

 

 

me abro como la anémona
con todos los pétalos y todos los vellos
percibo esta noche caliente y el sudor
de todo me cala los huesos
su grave voz y el pelo largo
la baja voz
blanda forma de ser niño
buscándome para el abrazo
pidiendo que nos quedemos así
dormidos como animales pequeños
yo me abstengo de decir, abierta
las palabras desaparecen
ya nada es legible no estamos
en el mismo lecho
todo hace demasiada
noche y me penetra
hasta asesinarme