Walt Whitman fue un poeta, periodista, ensayista y enfermero estadounidense. Su obra más célebre, Hojas de hierba (publicada por primera vez en 1855 y revisada en múltiples ocasiones), revolucionó la poesía con su estilo libre, su lenguaje vibrante y su enfoque en la celebración del individuo, la naturaleza y la democracia. A través de esta obra, Whitman logró una profunda conexión con el espíritu de la América de su tiempo, al tiempo que forjaba una nueva forma de expresión poética a través del verso libre.
De de esta vasta colección de versos, compartimos una selección de poemas pertenecientes a Calamus, incluida en la edición de Leaves of Grass de 1860. En esta poderosa colección de poemas, el poeta desafía las normas sociales de su época, ofreciendo una visión inclusiva y liberadora del amor entre hombres. Calamus, incluido por primera vez en esa edición de Hojas de hierba, se erige como un precursor de la poesía moderna y una piedra angular de la literatura LGBTQ+.
La obra de Whitman no solo rompió con las convenciones literarias del momento, sino que también se adelantó a su tiempo al abordar temas de amor, identidad y la libertad de expresión sexual.
Traducción de Pablo Romero
En caminos desandados
en la maleza que crece a orillas del estanque,
escapado de la vida que se exhibe a sí misma,
de todas las normas establecidas;
de los beneficios, conformidades y placeres
que ofrecí durante tanto tiempo a mi alma como alimento.
Es claro para mí, ahora, (en normas no establecidas)
es claro para mí que mi Alma,
que el Alma del hombre por quien hablo, se alimenta
y regocija en sus compañeros.
Aquí, solo, lejos del bullicio del mundo,
soy contado y hablado por lenguas perfumadas,
no siento vergüenza (porque en este lugar apartado
puedo decir lo que no podría en otra parte).
Estoy fortalecido por la vida que no se exhibe
y aun así contiene todo lo que existe,
decidido a escribir poemas que hablen solo
del cariño entre los hombres,
a proyectarlos a través de una vida elemental
legando formas de amor atlético.
En la tarde de este hermoso mes noveno,
en mi año cuarenta y uno,
procedo, por aquellos que son o han sido jóvenes,
a contar los secretos de mis noches y mis días,
a celebrar la necesidad de compañeros.
*
Por ti, Oh democracia
VEN, yo haré al continente indisoluble.
Yo forjaré la más espléndida raza que el sol haya alumbrado.
Yo fundaré tierras divinas y magnéticas
con el amor de los compañeros,
con el amor vital y duradero de los compañeros.
La unión entre los hombres será tan frondosa como los árboles
a la orilla de todos los ríos, sobre todos los lagos
y sobre todas las praderas de América.
Yo fundaré ciudades inseparables, y sus brazos abrazarán otras ciudades
por el amor de los compañeros,
por el amor viril de los compañeros.
Estas palabras mías son para servirte, ma femme, Democracia,
para vos, para vos escribo estos poemas
en el amor de los hombres,
en el amor edificante de los compañeros.
*
La base de la metafísica
Y AHORA, señores, les ofrezco una palabra
para grabarla en su memoria y en su espíritu
como base y conclusión de toda metafísica
(diría un viejo profesor a sus estudiantes
al final de un curso lleno).
Habiendo estudiado lo nuevo y lo antiguo, los sistemas
griegos y germánicos,
habiendo estudiado y explicado a Kant, Fichte,
Schelling y Hegel, explicado la sabiduría
de Platón, y Sócrates más grande que Platón,
y más grande que Sócrates buscado y revelado;
habiendo indagado largo tiempo a Cristo divino,
hoy veo reminiscencias de esos sistemas griegos y germánicos,
hoy veo todas las filosofías, todas las iglesias y veo sus doctrinas.
Debajo de Sócrates claramente veo, y debajo
de Cristo divino veo
la atracción del amigo hacia el amigo, el entrañable amor
del hombre por su compañero,
del bien casado marido y esposa,
de hijos y padres,
de ciudad en ciudad y de campo en campo.
*
Soñé oír que el hombre que amo
SOÑÉ oír que el hombre que amo había muerto.
Soñé que iba a al entierro del hombre que amo,
pero él no estaba ahí.
Soñé que vagaba entre sepulturas para encontrarlo,
y descubrí que todos los lugares son lugares de entierro,
que las casas llenas de vida están llenas de muerte
(esta casa es el ahora).
Las calles, los barcos, los lugares de placer,
Chicago, Boston, Filadelfia, Manhattan están tan llenos
de vida como de muerte,
y llenos, más inmensamente llenos de muertos que de vivos.
Esto que soñé será compartido a cada persona y cada época.
Ahora estoy amarrado para siempre a lo que sueño,
ahora estoy dispuesto a deshonrar los lugares de entierro,
estoy dispuesto a prescindir de ellos.
Y si las sepulturas de los muertos se colocaran indiferentemente
en todas partes, incluso en la habitación donde como
o duermo, estaría satisfecho.
Y si el cadáver de quien amo, o mi propio cuerpo, se redujera
a polvo y se entregara al océano,
estaría satisfecho.
Si el viento me esparciera, estaría satisfecho.
*
Lleno de vida, ahora
LLENO de vida, ahora, fuerte, presente,
con cuarenta años vividos, en el año ochenta y tres de los Estados,
A ti, hombre del siglo por venir, o cualquier cantidad de siglos por venir,
a ti, que aún no has nacido, te busco.
Cuando leas esto, yo, que ahora soy visible, me habré vuelto
invisible,
y tú, fuerte y presente, aprenderás mis poemas,
me buscarás en ellos
imaginando cuán dichoso sería yo si pudiera estar contigo
y convertirme en tu amado compañero.
Sé como si estuviera contigo (no lo dudes
porque aquí estoy, ahora mismo).