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Compartimos una selección de cinco poemas de Paulina Vinderman (Buenos Aires, 1944) extraídos de Adelaida (Aguacero Ediciones, 2020)

 

3
No sé cuándo regreso, no vuelvas
a preguntar.
Escribo, es decir, mis cicatrices escriben.
Y acá, hacia el cielo transparente
puedo cantar sin que se sepa.

 

 

7
Cumpleaños.
Pero la muerte no se asoma,
sospechosamente ni se acerca.
Es la vida la que espía por sobre
mi hombro.
¿Qué quiere pedirme?
¿De qué profundidad que no hayamos
tocado quiere hablar?
En las orillas del poema construí mi cabaña
y ahora el poema es el mar
y el agua es tiempo.
Todos los barcos, las piraguas, los naufragios,
están aquí, en el mosaico de creencias
que hayamos construido.
Me siento en la playa en la oscuridad.
La espuma de cada ola parece un adiós.
¿Porvenir? ¿Qué palabra es ésa?
Extraño el frío, pero quiero ser solidaria
con el tamarindo que adopté.
Ahora todo es lejos y la intemperie es mi nido.
El caracol en mi oreja es dulce canción
de estrellas extenuadas.
Mis manos escriben sin escribir.
Dios es tiempo.

 

 

18
Nunca soñé con este lugar.
Llegué, llegó a mí, como caen
las hojas del otoño, como nace una voz en
la tristeza, como llegaba al cielo en la rayuela.
Y eso es lo que hace de Adelaida
mi montaña roja.
La medida del cuerpo o el deseo
no es destino, no es ensoñación.
Acá mis huesos cansados se permiten cantar.
La desesperación es lejana, igual que
la luz de los barcos y los libros sagrados.

 

 

32
Desafío el hollín, el sol, la desventura.
Me desapego.
El instante es un relámpago de una tormenta
que no existe, dibujando mi mapa de piratas.
Hay un deslumbramiento oscuro,
un lenguaje desmantelado.
Adelaida me esperó, con un galpón de secretos
marcados con un miedo que no reconozco.
El silencio es largo, desorientado, casi
un reclamo.
Hasta que el viento llega.
Hasta que el viento habla:
sé cómo es, estuve ahí.

 

 

 

36
Te escribo—me escribo— en este lugar
de duelos y cielos amarillos.
Que nos conforma y obliga a construir
el escenario donde sobrevivir.
Estoy cansada de mi piedad y de soñar con
la nieve, como si ella fuera una patria de cobijos
(una blanca prisión).
Un animal castigado estuvo en mí antes de nacer.
Te escribo desde el Motel de la Muerte Seca,
donde el vino consume el corazón.
(Adelaida me permite ser dramáticamente
extravagante).

 

 

 

Paulina vinderman
Buenos Aires, 1944

Poeta y traductora. Autora de Adelaida (Aguacero Ediciones, 2020) publicó hasta la fecha 14 libros de poesía reunidos Tocar el cielo oscuro (Poesía reunida, 2020).
Obtuvo el Premio Nacional Regional de la Secretaría de Cultura de la Nación, Primer Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires, Premio Letras de Oro, Premio Literario de la Academia Argentina de Letras, Premio Fondo Nacional de las Artes, Premio Anillo del Arte a mujeres notables, Premio Citta’ di Cremona, Premio Alfonsina Storni.

Ha sido incluída en numerosas antologías y traducida parcialmente al inglés, al italiano y al alemán. Sus poemas fueron, además, objeto de estudios y ensayos.