Prólogo de La carne veloz de las flores: 12 poetas hispanoamericanos nacidos entre 1990 y 1999.
Compilar una antología de poetas jóvenes hispanoamericanos implica el riesgo de dos demarcaciones. La primera es Hispanoamérica. ¿Qué es y qué significa Hispanoamérica? La presunción podría hacernos pensar que estamos simplemente reuniendo poetas de habla hispana, creyendo que la conquista española nos ha puesto en pie de igualdad lingüística. A pesar de la conquista y más allá de ella, en cada uno de los países el castellano que se habla es diferente gracias a las particularidades de cada cultura, historia e idiosincrasia. Y no solo eso, sino que el castellano vive en cada país junto a diversas lenguas indígenas como el guaraní, el aimara, el quechua, el maya, entre otras. Tal vez sea la poesía un campo -del lenguaje en general y de la literatura en particular- muy permeable a estas diversidades, no hay poemas universales porque después de todo se cuenta y se nombra con las particularidades de la lengua de cada pueblo, de cada cultura, e incluso de cada grupo etario. Una antología de poetas hispanoamericanos que no pretende la homogeneidad y uniformidad que invisibiliza nuestros rasgos y nuestra historia, sino más bien una antología que reúne poetas que a partir de sus decires y resonancias se identifican y desidentifican con su lengua madre y sus localismos, que se reconocen en su particularidad lingüística para al mismo tiempo hacer estallar al lenguaje y las identidades fijas y cristalizadas. Una lengua solo vive a través de sus hablantes y la poesía es capaz de entrar y acelerar la velocidad en la que los sentidos se transforman y crean nuevos mundos e imaginarios posibles. La poesía rompe con las formas y contenidos conservadores que nos impone la lengua dominante, a contra pelo de las oraciones lógicas, de la gramática y la sintaxis, de la Real Academia Española o cualquier organismo que pretenda normativizar los usos de la lengua.
La segunda demarcación es la de poetas jóvenes, esta antología reúne poetas hispanoamericanos nacidos a partir de la década del 90. Esa década implicó a nivel mundial un sismo social sin precedentes: la caída del muro de Berlín, la caída de los regímenes soviéticos, la instauración del neoliberalismo y con él la flexibilidad y la precariedad laboral. El crecimiento y el recorrido de los poetas que nacieron en los noventa marca una brecha con las generaciones anteriores, la precariedad existencial y el resquebrajamiento del tejido colectivo son dos dimensiones que se instauran con fuerza en la experiencia de estas generaciones y muchos de los poemas hablarán más directa o más indirectamente de ello. Estos cambios a nivel social impactan en las subjetivaciones de una generación de poetas que viven en carne propia experiencias de desamparo, cuestionamientos y tensiones con lo vincular-familiar, precariedades laborales y pérdida de sentido en relación al trabajo, un compromiso renovado con la observación y la identificación con la naturaleza, así como su contrario una vida marcada por lo urbano. En este mismo marco también aparecen los movimientos de diversidad sexual, los feminismos y sus reclamos por una sociedad más justa en términos de género.
Sin embargo la poesía no es un calco de la realidad que la atraviesa, más bien como diría Roman Jakobson “existe una caprichosa correlación entre las biografías de las generaciones y la marcha de la historia”. Podemos en este mapa de correlaciones encontrar puntos de continuidad entre las poéticas y la historia, y puntos de fuga. Dentro de lo que de común tienen los poetas seleccionados, principalmente el habla hispana y su marca generacional, esta antología es un intento de mostrar lo que de vasto e informe tiene el registro poético: barrocos y líricos, coloquialidad y slam, velocidad y largo aliento, pequeñas revelaciones epifánicas como piedras lanzadas a una laguna. Después de todo lo dicho queda por resaltar que una antología de poetas nacidos a partir de la década del noventa, pretende instaurar la convicción de que la poesía joven no es una poesía en crecimiento, en transición o todavía inmadura. Los poetas compilados en esta antología tienen una voz propia, un estilo marcado y contundente; una necesidad de decir que no viene solo de la urgencia de los tiempos que corren, sino de una escritura que como trabajo artesanal tiene en la reiteración y la parsimonia del tiempo no mercantilizado su mejor aliado. Imagino a los poetas que integran esta antología sentados en las puertas de sus casas escribiendo un poema, viajando apretados en el transporte público escribiendo un poema, en el medio de su jornada laboral, o entre medio de ella, freelanceando para poder sobrevivir, aislados en el campo, lejos o cerca de sus abuelos. De una u otra forma – de múltiples tal vez porque las identidades han estallado- los imagino escribiendo, tallando su juventud, clavando estacas en la tierra para mantener una carpa en la que refugiarse cuándo sea necesario; para robarle al tiempo productivo, para que el poema no sea puro ocio, ni recuperación de la fuerza de trabajo sino otra cosa más allá del poder e incluso más allá de los límites de la lengua. La carne veloz de las flores- verso de un poema del poeta ecuatoriano Juan Suarez Proaño- es una antología que hace pie en la materia, en lo visible y lo cercano como dice la poeta uruguaya Circe Maia, pero desplegando también una velocidad que no es pura electricidad sino más bien fuego y calor; para a partir de allí despegar otros mundos tan imaginarios como posibles.
Luciana Reif
Poeta, socióloga, becaria conicet
Poemas suyos fueron traducidos al italiano por el Centro Cultural Tina Modotti. Es autora de los poemarios Entrada en calor (Ojo de mármol, 2016) y Un hogar fuera de mí (Visor de poesía, 2018), ganador del último premio a la Creación Joven de la Fundación Loewe y distinguido por el Senado de la Nación Argentina. Actualmente se encuentra trabajando en su primer novela.