Su corazón, una moneda
Su corazón, una moneda evidencia la línea que atraviesa de principio a fin el estilo (ya claro y visible) de Agustín Mazzini. Este volumen –compuesto por su primer y último libro- pone de manifiesto la potencia del acto creador, el oficio del artista, la angustia de no reconocer en las palabras nada propio, la conciencia de su propia limitación y la búsqueda incesante de la belleza. La “primera persona del singular” (que según Jakobson es una manera de definir la poesía) habla, canta, retrocede y se desgarra en el intento de capturar en palabras el deseo y su afán de conseguir lo imposible. El poema es entonces un instrumento inútil, incapaz de llenar el hueco de lo ausente, pero capaz de consolar los bordes de la herida, la gramática que potencia el acto creador del autodescubrimiento. The Rolling Stones, Basquiat, Baker, Girondo, McCartney, Morrison, Montreal y Buenos Aires dan cuenta de la identidad creadora, un Yo que se rehúsa a separarse de la escritura, una voz que decide habitar el poema para que lo imposible suceda en el mundo de lo creado.